Por Franco Boggiano de las Casas

Metal Crucifier (2013) no cree en medias tintas. Entiende el metal de forma ortodoxa y respeta la tradición ochentera del heavy speed metal al milímetro. A primera escucha, su EP Nightmare te deja en claro que lo suyo es el vértigo, los riffs cañeros, los palancazos infernales, los solos delirantes, una voz principal aguda y aguerrida, coros contundentes, bajo una sólida base rítmica conformada por los experimentados Renato Lozano (batería) y Enrique Ilave (bajo).

La Pesadilla marca el debut en estudio de José Delion (Flagelum) en la guitarra y también sirve como preámbulo para lo que será su segundo álbum –ya grabado- que será lanzado a fin de año.

Delion trae sangre nueva a la banda pero sin “modernizar” el estilo, complementándose en buena forma con el experimentado Walter Costa –compositor de todos los temas-, ‘guitar hero’ de la banda y de larga trayectoria en la escena metal desde los 90s (Icarus, Hadez, Necropsya, Blasphemous Division, entre otras).

La fórmula de los primeros tres temas (Evil and Steel, Nocturnal Curse y Nightmare) es contundente y directa, inclusive en el track que le da el título al EP se siente mucho la influencia del primer Maiden en las guitarras.

En el cuarto tema, Legions of War, Walter toma la voz principal, imprimiéndole un estilo más grave que el de Juli Brendal, vocalista principal.

Y justamente la voz es otro punto fuerte de la banda. Brendal tiene potencia, actitud, llega a notas altas, con una pronunciación del inglés por encima del promedio de las bandas nacionales de estilos similares o cercanos.

En el quinto tema, Metal Crucifier le rinde tributo a una influencia primigenia interpretando de forma muy emotiva Chains and Leather de los alemanes de Running Wild mientras que cierran el CD con un tema en vivo de su primera producción The Rise Of Marduk, aunque la calidad del sonido decae notoriamente.

Las letras están a cargo del bajista Kike Ilave, las cuales mantienen esa oscuridad tradicional del género donde el horror, lo apocalíptico, lo místico, lo sobrenatural y la magia están siempre presentes.

La imagen de la banda también respetan la tradición (cuero, tachas y balas) así como la portada, donde Temple of Kalighat Arts ha captado la esencia ochentera y el arte nos hace acordar a las portadas de los primeros singles de Iron Maiden tipo Women in Uniform.

Finalmente, y no menos importante, hay que resaltar el buen trabajo de Giovani Lama en la grabación, mezcla y masterización del disco.

En esta Pesadilla no hay espacio para saltos ni para ritmos entrecortados. Solo se admite agitar la cabeza de principio a fin, cantar con el puño en alto y, cuando se pueda, poguear hasta sangrar. ¡Estás advertido!