Por Franco Boggiano de las Casas
El heavy metal nacional vive hoy un revival. Luego de su nacimiento y explosión en los 80s con bandas como Silex (82), Oxido (82), Overkill (83), Headwork (84), Masacre (84), Niebla (84), Arion (84), Orgus (85), Tortura (85), Sacra (86), Dharma (86), Grael (86), Almas Inmortales (86), Letal (86), Jerusalem (87), Sentencia (87), Armagedon (87), entre muchas otras, a comienzos de los 90s casi desapareció y mantuvo un perfil muy bajo ante la predominancia de los subgéneros más extremos del metal.
Muchos músicos heavys emigraron al extranjero, otros cambiaron de género y prácticamente Armagedon –con intermitencias- quedó como único abanderado por varios años hasta que reapareció Masacre en el Acero II en 1997. La banda de los hermanos Tuesta pondría brevemente los reflectores sobre el género más tradicional aunque, al poco tiempo, tomaría otros rumbos más fuertes y modernos.
El heavy metal volvía a quedar rezagado en la escena mientras predominaban el power metal, el doom, el black y el death metal.
En el nuevo siglo una naciente generación tomaría la posta y su representante más visible sería Cobra (2004).
Aunque hay que resaltar que la banda nacida en Chimbote no tomaría la posta de Orgus, Masacre o Sacra, sino se sentía más cercana e identificada con bandas extremas como Mortem o Anal Vomit.
Y mientras en el Perú nacía Cobra, ese mismo año lo hacía Enforcer en Suecia, que posteriormente, sin proponérselo, encabezaría lo que en el mundo del metal se llamaría la Nueva Ola de Heavy Metal Tradicional (NWOTHM, por sus siglas en inglés) cuando los suecos lanzaron su álbum debut Into the Night en el 2008.
A Enforcer se sumaron los canadienses de Cauldron, White Wizzard (Estados Unidos), Striker (Canadá), Steelwing (Suecia), Skull Fist (Canadá), Alpha Tiger (Alemania), entre otras, para consolidar la NWOTHM.
Volviendo al Perú, Cobra fue consolidándose poco a poco editando dos buenos discos (Lethal Strike en el 2011 y To Hell en el 2014), saliendo de gira por Europa en el 2015 además de los conciertos dados en Chile, Colombia, Bolivia y Ecuador y tocando en importantes conciertos internacionales en Lima: con Overkill (2011 y 2019), Enforcer (2016), Accept (2017), entre otros. Además, apareció en la edición 14 de la histórica compilación Metal Massacre editada por la Metal Blade Records en el 2016. En los últimos años, Cobra ha mantenido un perfil más bajo y con menos apariciones en vivo.

Mordiscos de acero
Y con Cobra, la semilla del heavy metal tradicional volvió a germinar en diferentes ciudades del país. Y hoy podemos hablar de una nueva generación de la que forman parte Mandrágora de Nuevo Chimbote (2007), banda hermana de Cobra y, Hyena de Cajamarca (2018) que acaban de lanzar vía Thrashirts un EP compartido titulado Bite of Steel y que es lo que nos convoca para escribir este post.
Ambas bandas tienen características similares ya que poseen cantantes mujeres, lo que constituye un ingrediente atractivo y positivo dentro una escena aún machista (menos que antes obviamente y con mayor participación femenina) pero que es también una de sus tareas pendientes a mejorar.
Ambas cantantes -Diana Cabanillas de Hyena y Maria Orithya de Mandrágora- tienen garra y actitud que precisa el estilo, voces potentes pero deben mejorar su pronunciamiento del inglés y ser más cuidadosas en su afinación.
Instrumentalmente, destacan los poderosos riffs de los guitarristas de ambas bandas y el galopante bajo de Jorge Reinoso (Mandrágora).

Hyena se muestra como un diamante en bruto que le falta pulirse. Tiene todo el potencial y tal vez conseguir un buen productor musical les sirva para encontrar esos arreglos que le hagan marcar la diferencia. Por lo pronto, han comenzado con el pie derecho.
Arrancan con Ready to explode y sí que esta joven banda está lista para explotar. Riffs cañeros y evocadores son sus armas para dar pelea, con coros de batalla para gritar con puños levantados.
Y seguimos con los puños levantados con Raise your fist. La juventud está llena de adrenalina, testosterona y rebeldía.
Arremeten con Keep it true (Mantenlo verdadero) que se ha convertido en poco tiempo en su tema emblema en concierto. Tiene toda la pasión, actitud y gancho para ganarse a los de corazón de acero.
Hyena cierra su participación con It’s About Rock n' Roll, un tema más roncanrolero, un heavy callejero con un solo con bastante vértigo.

Llega el turno de Mandrágora que se muestra como una banda más cuajada de Hyena. Con más años de experiencia, tienen temas más hechos, más técnicos y con mejores arreglos.
Arrancan con Bitterness (Amargura), ritmos galopantes con una melodía entre nostálgica y misteriosa. Buena transición para rematar con un feeling maidenesco.
Continúa Death to the witch (Muerte a la Bruja) una canción muy bien lograda donde el gancho está en el coro para gritarlo con puños levantados.
Llega Lies (Mentiras) que rompe un poco el molde de los temas anteriores, un poco más ligera, con menos punche en las guitarras y la canción se sostiene en la melodía de la voz.
Rematan con Never Surrender (Nunca te rindas), su caballito de batalla que destila la suficiente garra y vértigo para conquistar al headbanger más testarudo.
Son 8 temas, 40 minutos de heavy metal a la vena. Hay presente, hay futuro en el género más tradicional del metal. Enhorabuena. Puños arriba!!!