Por Franco Boggiano de las Casas

Con un lenguaje sencillo y didáctico y bajo un diseño sobrio y limpio, el comunicador y headbanger Marco Echegoyen nos presenta el libro IN NOMINE DOOM 1970-2019, 50 años de la vertiente más lenta, oscura y pesada del Metal.

En el prólogo, el autor deja en claro que esta primera publicación tiene como objetivos ir llenando el vacío que hay por la escasa bibliografía sobre este subgénero del metal (DOOM), así como poner sobre el tapete lo que se ha hecho hasta el momento en latitudes ninguneadas como América Latina (el Perú obviamente), África, Oriente Medio, Oceanía, y revisar el curso evolutivo del doom que tanto divisionismo ha causado entre sus seguidores.

El libro, que contiene más de 400 páginas, inicia con una cronología básica año por año desde la aparición en 1970 del primer disco de Black Sabbath hasta llegar al 2019 (pre pandemia), donde menciona, entre otras cosas, la salida del excelente álbum debut de la banda nacional El Abismo titulado El Árbol Negro.

A lo largo de la cronología hay muy breves menciones de doom nacional y sus variaciones. Como en 1995, donde el autor del libro menciona (en Menciones adyacentes) a Mazo por la grabación de su LP Del Azar a la Creación, aunque este recién vio la luz en el 2012.

En 1996, destaca a Kranium por su EP Dos Sonrisas, una Lágrima, ya que representa una de las primeras muestras de Folk Doom, no solo en América Latina, sino a nivel mundial.

Y después hace menciones muy puntuales sobre Kranium, Psicorragia, Reino Ermitaño, En Las Espesas Nieblas, el foro nacional Emgris, la primera edición de In Nomine Doom, festival peruano que reúne a las bandas más emblemáticas del Doom Metal en la escena local, El Hijo de la Aurora, Depriso􀏐isty, Sepultus Est, Mirthless, Despondent Chants, Antichrist, El Abismo, la primera edición de un nuevo festival en Perú: Doom Over Lima, etc.

Yo sé que todos son (somos) generales después de la batalla pero esta es una crítica constructiva (aporte) para Marco. Sin caer en nacionalismos chauvinistas, en la cronología se pudo incluir a Perú como un aparte y así el lector se dé una idea de cómo fue el proceso evolutivo del género pesado en nuestro país. Desde Tarkus en 1972 con el lanzamiento de su lp homónimo, pasando por Oxido y Mazo en los 80s, el nacimiento propiamente del doom nacional en los 90s con Astaroth (Darken), Inmemorial, Lament Christ, En las Espesas Nieblas y Aneurisma, etc. y cómo empezó a hacerse visible a nivel internacional con las dos giras de Reino Ermitaño a Europa, y también a Chile, así como sus discos editados por I Hate Records de Suecia.

Esta situación la intenta enmendar al final del libro con la sección Bonus Track, donde Echegoyen pone imágenes año por año de demos, álbumes, conciertos, giras al exterior, etc, de grupos nacionales.

Después de la cronología, el comunicador social resuelve Frequently Doomed Questions (para dummies), donde se despejan interrogantes como: ¿Podemos considerar al Stoner como Doom?, ¿cómo se dice: Doom Death o Death Doom?, ¿qué significa “Trad”?, ¿por dónde debemos comenzar a escuchar Doom Metal?, ¿cómo hacemos para identificar a cada subgénero del Doom Metal?, etc, etc, etc, que para algunos "doomers" podría resultar algo innecesaria.

Posteriormente se desarrollan varias entrevistas a músicos latinoamericanos para ahondar en los inicios y evolución del doom en sus respectivos países, destacando la entrevista a Mario Romanet, vocalista y bajista de Psicorragia.

El libro publicado por la nueva editorial Madre Muerte también trae fotografías del cementerio Presbítero Matías Maestro, el más antiguo del Perú, las cuales fueron tomadas por el autor del libro e ilustraciones realizadas por Luis Velásquez, uno de los mejores artistas plásticos involucrados en el Metal peruano. Para los que adquieran el libro en físico recibirán un afiche de obsequio en papel couché que contiene un árbol genealógico del Doom Metal y sus diferentes subgéneros, el cual fue estructurado y diseñado por el propio autor.

Sin duda hay que destacar el esfuerzo de Marco Echegoyen y la editorial Madre Muerte por el lanzamiento del libro sobre un subgénero del metal tan olvidado, poco estudiado y difundido.