Por Franco Boggiano de las Casas

En octubre del 2020, en medio de la pandemia por COVID-19, la disolución de Reino Ermitaño sorprendió a los seguidores de la banda. Luego de cinco discos en estudio, dos giras por Europa, decenas de conciertos locales a lo largo de su carrera y ad portas de la grabación de un sexto álbum, la banda de witch doom cortó su carrera musical abruptamente.

Sus integrantes prefirieron no hacer un anuncio oficial como banda. El primero en hacerlo a título personal fue Julio Almeida (baterista) y mucho tiempo después Marcos Coifman (bajista). Pero en medio del silencio y la desilusión de sus seguidores, surgió un nuevo proyecto con dos exermitaños.

La vocalista Tania Duarte y el guitarrista Eloy Arturo conformaron Titania en el 2021. El nombre de la nueva agrupación es un personaje que fue utilizado en las letras de Reino Ermitaño y es también como se identifica la cantante. Para consolidar la banda convocaron a Mito Espíritu (Kranium) en el bajo y a Renato Lozano (Metal Crucifier) en la batería, dos viejos amigos y experimentados músicos, que le dan solidez y contundencia a la base rítmica.

Su primer álbum titulado The Maverick ha sido lanzado hace unos días en CD y en diversas plataformas digitales y fue concebido por Duarte (letras) y por Eloy (composición musical). Titania se considera una banda de heavy doom tradicional y sus referencias musicales son Black Sabbath, Count Raven, Pentagram, Saint Vitus, Trouble, Uriah Heep pero siempre en búsqueda de imprimirle un sello propio a sus canciones.

El disco comienza de forma oscura e intimista. Vientos siniestros nos introducen a Ghoul, un espíritu oscuro nos dice: “Trying to belong/I woke to death/Suddenly became your source of life” (tratando de pertenecer, desperté a la muerte/De repente se convirtió en tu fuente de vida), introducción perfecta para Raven (Cuervo), el tema más Black Sabbath/Count Raven del disco, donde Eloy parece que se ha encarnado en Tony Iommi.

Luego aceleran el ritmo a un heavy setentero con Matrix Creatix que tiene el riff más cañero y achorado del disco. En los siguientes cortes Indigo Blues y Cintamani, las atmósferas se ponen más densas y Tania le imprime el toque witch (brujeril desgarrado) en algunos pasajes tal como lo hacía en Reino. Es más, Cintamani -piedra preciosa budista e hinduista que cumple los deseos a quien la porta- podría pasar tranquilamente como un tema de su exbanda, riffs monolíticos, repetitivos y contundentes.

Sorrow (pena) nos ofrece un quiebre para meter una onda hindú mientras que en Jaguarundi aceleraran nuevamente el ritmo liderados por un riff con harto gancho aunque el quiebre siempre es para retornar a la onda sabática.

Shaman tiene una onda más espiritual, profunda y nostálgica, la cual le da otra vibra (positiva) y llena de luz al disco. A mi gusto, uno de los puntos más altos de esta primera producción.

Con Burning Witches (Brujas ardientes) vuelve la pesadez para criticar el patriarcado, la religión y la decadencia moral.

Vertigo es otro tema que se sostiene en esos riffs que Eloy Arturo sabe ejecutar con precisión y contundencia además de regalarnos dos buenos solos. Finalizan el disco con In Your Eyes I die y la pesadez que los caracteriza y los identifica, donde Eloy vuelve a solear de manera notable.

Sin duda, The Maverick se trata de un prometedor álbum debut, donde la gran diferencia con Reino Ermitaño es el idioma. Titania ha optado por el inglés bajo la premisa de facilitar la internacionalización de su propuesta, más valorada (supuestamente) en Europa y en otras latitudes. Pese a ello, sería interesante que para públicos de habla hispana canten los temas en vivo en español, creo que sonarían tan buenos o hasta mejor que en inglés.

En cuanto a las letras, la banda explica que estas abordan la destrucción y protección de la Madre Tierra, el trascendental viaje existencial del ser humano, la autenticidad a favor de la naturaleza y sus guías elementales, chamánicos, animales totémicos y el sagrado femenino, guiándose por el concepto de The Maverick: un (a) disidente social, un alma libre y triunfal en su mística búsqueda personal a través de sus luces y sombras.

Para completar el concepto, la portada estuvo a cargo del artista Julio Chimey que ha plasmado con su magia pictórica una semiótica, que a diferencia de otras bandas del género, incorpora elementos de la cosmovisión andino/amazónica: la dualidad y el Amaru-Puma-Kuntur; denuncia la quema de brujas simbolizando la vejación del femenino que la Pachamama encarna y The Maverick transmuta, empuñando su Athame (daga ceremonial) en señal de victoria final.