Por Franco Boggiano de las Casas
Lima, 1996. ¡Cholos de mierda! ¡Cómo joden el metal! ¡Cómo se les ocurre meterle zampoñas, quenas y charango! Eso es de serranos.
Un sector del metal limeño con mentalidad ortodoxa, racista y clasista no estaba preparado para las fusiones. La búsqueda de una identidad propia empezaba a asomar en la "escena", donde confluirían las influencias autóctonas y occidentales.
Kranium había dejado el death metal callejero y retornaba a la idea primigenia de los 80s de incluir elementos rítmicos e instrumentos propios de la música peruana y latinoamericana que le permitieran de forma natural encontrar una identidad sonora.
El ingreso de Mito Espíritu fue un factor muy importante para esta etapa de la banda nacida en el Rímac, ya que como músico multiinstrumentista ejecutaba la quena, la zampoña o siku y el charango, propios de la música andina.
Con Mito como socio ideal, las composiciones de Eloy Arturo fluyeron de forma natural y honesta, inspiradas de toda la experiencia vivida en las calles limeñas y en sus viajes al interior del país, donde los parajes enigmáticos e inhóspitos calaron hondo en él.
Entre improvisaciones, ensayos y presentaciones, Kranium suma un nuevo integrante a sus filas formando por primera vez un sexteto. Georgy Espíritu ingresa en los teclados y sintetizadores y junto a la variada vocalización de Daniel Roncagliolo, la singular ejecución del bajo de Oswaldo Carlos, y la pesadez de la batería de Fernando Sánchez, crean las atmósferas precisas para este nuevo viaje sonoro.

Es con esta alineación y con mucho esfuerzo no solo creativo, sino personal y económico, que por primera vez graban de manera profesional los temas ‘Dos sonrisas’, una lágrima’ y ‘El Obraje’ en 16 canales con cintas ADAT Súper VHS en los estudios “El Techo’ de la ciudad de Lima.
Con una duración total de veinte minutos, estas dos pistas son editadas de manera independiente en un demo tape en 1996.

En esta reedición en CD con nueva portada realizada por Julio Chimey, Kranium nos entrega, además de los dos temas mencionados, cuatro pistas tomadas en directo que no solo representan uno de los momentos más importantes en la historia de la agrupación, sino también para la música nacional, ya que este nuevo atrevimiento musical es reconocido como un importante referente para el folk metal peruano y latinoamericano.